Padre Providente, que eres llamado fuente de la luz y de la sabiduría, ilumina mi entendimiento y disipa las tinieblas en que he nacido, el pecado y la ignorancia.

Concédeme la facultad de aprender, la facilidad para entender, la capacidad para retener, la sutileza para interpretar y el don de saber hablar.

Enséñame a comenzar bien el estudio, ayúdame a darle su debido término. Por Cristo Nuestro Señor.

Amén